sábado, 24 de noviembre de 2007

Tarde de sábado. Azul Kitano




Dolls, de Takeshi Kitano.

Es costumbre en Japón decir que todos tenemos nuestros corazones atados por una cuerda roja con la persona que ha de ser nuestra pareja, y que para saber si es ella de verdad sólo tenemos que alejarnos lo suficiente como para que esa cuerda tire de nosotros. Así pues, esta película habla de amor, de muchas clases de amor y todas ellas sin embargo muy parecidas. Como todas las historias de amor con su componente de tragedia. El amor, entonces es el gran protagonista. Pero en Dolls nos encontramos con un amor que duele, que en ocasiones es cruel o un amor que simplemente se deja escapar y que vuelve al supuesto frío corazón.


La película es un homenaje al teatro Bunraku (de ahí el título). Kitano explicó que cuando aún era un aspirante a cómico en el barrio d'sakusa, Tokio, vio una pareja que caminaba atada por una cuerda. La gente de la ciudad los llamaba los mendigos atados. Esa imagen quedó grabada en la mente de Takeshi, que la recicla en la historia de Sawako y Matsumoto, el hilo conductor de una visión pesimista del amor - que es una atadura cuando se tiene y un gran dolor cuando se pierde - y de una imagen del amor condenado a la fatalidad, pues los personajes, como las marionetas del Bunraku, carecen de autoridad sobre sus propios actos.
Al gran Takeshi Kitano, Salud! (aunque la peli sea una hazaña pirateril de la amiga Nisha. Disculpe, Maestro)




"Ví una pelota
igual a todas
que el viento se llevaba
mar adentro.

Después de perseguirla
una milla marina,
colores de planeta y Africa
tiraban de la punta
de mis dedos

Y yo pensaba:
si te sigo, muero"

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