viernes, 30 de noviembre de 2007
Camoranesi a paso denso
Densidad de Destino fijado.
Paso sin apuro del que sabe llegará de todos modos.
Avanza ajustando cada pieza con movimientos pequeños.
El mandato es el mensaje.
La acción es la palabra.
La palabra, a pesar de todos los destinos, hace un último intento.
Aun sabiendo que el intento es inútil.
El intento final sólo sirve para acallar cualquier culpa.
La charla envuelve como la araña a la mosca en su capullo de seda.
El instante llega en que es inevitable inocular el veneno.
miércoles, 28 de noviembre de 2007
Para Pontani: Un tema de Pequeña Orquesta Reincidentes.
Fiesta de diez mil colores
sábado, 24 de noviembre de 2007
Viel Temperley.
Tarde de sábado. Azul Kitano
Es costumbre en Japón decir que todos tenemos nuestros corazones atados por una cuerda roja con la persona que ha de ser nuestra pareja, y que para saber si es ella de verdad sólo tenemos que alejarnos lo suficiente como para que esa cuerda tire de nosotros. Así pues, esta película habla de amor, de muchas clases de amor y todas ellas sin embargo muy parecidas. Como todas las historias de amor con su componente de tragedia. El amor, entonces es el gran protagonista. Pero en Dolls nos encontramos con un amor que duele, que en ocasiones es cruel o un amor que simplemente se deja escapar y que vuelve al supuesto frío corazón.
Al gran Takeshi Kitano, Salud! (aunque la peli sea una hazaña pirateril de la amiga Nisha. Disculpe, Maestro)
Nuestro asistente da el ok
Se acaba de encontrar valioso documento. Pertenece a un viejo ensayo de mitad de año. Si lo escuchamos con atención, está repleto de indicaciones de Ioshua. ¿Que no se entiende? Bueno, es sólo para entendidos. O mejor, no se puede entender todo en la vida.
Y VA POR MAS: Un lugar con Augusto Pontani, González, Rodriguez ( a upa en sus brazos) y Silvina Basualdo. "Un fenómeno motriz" definió Camoranesi al verlo cruzar gateando --una saeta en cuatro patas-- el estudio. Rumores aseguran que el pequeño Ioshua se largó con su primera palabra: "paloma" (?!) La dice en circunstancias especiales, es decir: cuando las ve.
Un grande.
miércoles, 21 de noviembre de 2007
martes, 20 de noviembre de 2007
Prometeo: Entre Esquilo y Platón.
“La Orestía enfoca de manera sublime una sombría cuestión de familia, la de los atridas, con una perspectiva teológica y política, que le confiere dimensiones de ejemplaridad. El Prometeo encadenado se sitúa de entrada en el plano divino, los hombres solo existen en el discurso del Titán, no se los ve nunca: todo ocurre entre dioses, en un nivel que podría calificarse de cosmogónico; el poder de Zeus no se ha afianzado aun, los hombres han superado apenas un estado de animalidad, el que conocían antes de que Prometeo les concediera, junto con el fuego hurtado al cielo, el conjunto de artes que justamente habrán de distinguirlos de los animales. Las relaciones entre dioses se caracterizan por una conquista violenta y ahora los dioses “antiguos” vuelven a mostrarse a la luz del día: Océano mismo aparece en escena. Ni siquiera las formas han sido definitivamente fijadas: Io, princesa argiva, se transforma en ternera. En una palabra, el universo religioso del espectador contemporáneo de la redacción del prometeo encadenado despunta apenas en el horizonte de este drama, se lo entrevé furtivamente en ciertas aperturas hacia un lapso ulterior del tiempo, cuando se verá a Prometeo y a Zeus reconciliados, cuando el mundo habrá alcanzado su verdadero equilibrio bajo el reinado de un Zeus ya seguro de su victoria.
Para los espectadores de la época, prometeo era sin duda conocido en primer lugar a través de los poemas de Hesíodo. Pero a los atenienses también les era conocido por la fiesta local de las Prometeia, la que comportaba una carrera de antorchas(es decir un ritual de renovación del fuego; cuanto mas rápidamente el fuego franquea la distancia entre su punto de partida, el fuego nuevo, y su punto de llegada, el sitio en que se encenderá nuevamente, mejor conservará su potencia original). De tal manera, prometeo es desde luego aquel que manifiesta su astucia- como lo señala una interpretación de su nombre-, pero dicha astucia esta ligada sobre todo al robo y utilización del fuego. Prometeo es la encarnación divina de la tecnología, ese rasgo que distingue al hombre del animal, pero cuya conquista se paga con cierta forma de ruptura respecto del orden cósmico. Platón volverá mas tarde al mito de Prometeo (en su Protágoras 320ac) para hacerle reafirmar esa diferencia y en que forma es preciso aprender a utilizarla: en el momento en que los dioses crean a las especies mortales, Epimeteo, hermano de Prometeo, se encarga de asignarles cualidades complementarias de sus deficiencias, para que cada especie tenga la posibilidad de sobre vivir. Prometeo observa entonces que, en el momento en que los hombres están a punto de llegar a la “luz”, ya todo ha sido distribuido: quedarán pues desnudos e indefensos. Apiadándose de su situación, roba para ellos “el arte de Atenea y de Hefesto, junto con el fuego” (dado que sin el fuego nada valdría ese arte). Zeus por su parte conserva el “arte político”, a saber, el arte de vivir en sociedad, algo que Prometeo no puede así conceder a los hombres. Por consiguiente, estos no podrán ni organizarse, ni a fortiori, defenderse. Es entonces cuando Zeus les envía, para paliar esa grave insuficiencia, “respeto” y “justicia”, dos ingredientes fundamentales del “arte político”: quienes no pueden tener su parte de respeto y justicia deberán, según este relato, ser sencillamente exterminados como una “enfermedad de la ciudad”. Como vemos lo que narra esta historia es, entre otras cosas, que la tecnología no es suficiente para distinguir el hombre del animal, que existe otra dimensión fundamental que lo caracteriza y con la que nada tiene que ver Prometeo: el hecho de que el hombre vive en sociedad (“el hombre es un “animal político” dirá mas tarde Aristóteles para expresar esa dimensión) Dicho arte es el arte soberano, concedido en este caso por el soberano de los dioses y de los hombres, y que muy a menudo es el tema fundamental de la tragedia.
De existir una trilogía trágica, o una tragedia, de la que el relato platónico fuera un resumen (y ante la bien conocida rivalidad de Platón con los trágicos no esta prohibido pensarlo), no sería con toda seguridad al trilogía en la que debería insertarse nuestro Prometeo encadenado: En efecto, en nuestro texto, el catalogo de los beneficios de Prometeo para con la humanidad se cierra con la constatación de que no hay arte que los hombres no deban a Prometeo. Desde luego podría tratarse de una fanfarronería del titán, fanfarronería que Zeus podría contradecir mas tarde en la parte perdida, acerca de la cual tenemos siempre la posibilidad de especular: sin embargo bien se ve que, entre los beneficios enunciados en el catalogo, hay algo mas que la simple tecnología del fuego: explícitamente se mencionan la escritura y la adivinación.
Ambas partes constituyen desde el punto de vista griego ejes de comunicación. Comunicación entre humanos en lo concerniente a la escritura, comunicación entre el mundo de lo divino y el de los hombres para la adivinación: es justamente el espacio de la ciudad el que queda así definido, en su doble dimensión de colectividad humana y de comunidad fundada en la observancia de los mismos ritos religiosos; y ello implica, por consiguiente, que el ámbito de la política no esta reservado en esta tragedia, a algún otro benefactor competidor de Prometeo, a diferencia de lo que ocurre en el relato de Platón.
Sin embargo, si es razonable distinguir así el prometeo de Platón del de Esquilo, esto nos permite ver con mas claridad que hay puntos en común entre la intención fundamental del Prometeo encadenado y la de la Orestía: estriban en la dificultad de establecer un equilibrio en la ambigua relación que une a los humanos bajo la mirada de los dioses y en el respeto de un orden cósmico del que estos últimos serían los garantes.
De una introducc. de André Hurst de una edición de Prometeo de Esquilo /1995 Ediciones Nueva Visión- Buenos Aires.
lunes, 19 de noviembre de 2007
Bocetos para Coro en algún lugar de Buenos Aires
Estatuas y trabajos sobre la voz. Búsqueda de la precisión y la resistencia vocal. Niveles de trabajo para el montaje del coro.
domingo, 18 de noviembre de 2007
Prometeo de Luigi Nono: una tragedia de la escucha
El error como necesidad: Luigi Nono
FLOR DE LA CHUKIRAWA
Ecuador, octubre 2007.
Llega una flor Ecuatoriana, vía Brasil. Regalo del amigo Richard que se comparte entre los compañeros. La flor crece en la altura, acaricia los cielos desde la coordillera.
Adys, desde la isla, seguro se pliega al deseo del gran Richard.
"Dice la leyenda que a quien le regalan La For de la Chukirawa, le están deseando muy buena suerte. Entonces les envío la suya, para que me les vaya muy bien, por esos caminos de la vida ... "
Gaston Bachelard: Fragmentos de una poética del fuego
Releamos la escena en la que el astuto Ulises se prepara para cegar el ojo Cíclope [en la obra El Cíclope, de Eurípides]:
Max Klinger: el robo del fuego
Prometeo: Un cocktail...
Texto de Jean Chevalier & Alain Cheerbrant.
Cuanto más arcaico y profundo es el símbolo más llega a ser colectivo y universal.
Klinger y los caminantes
jueves, 15 de noviembre de 2007
VITAL ELEMENTO
Ideológicamente es lo mismo: ella se me escapa, escapa a toda definición, pero deja en mi espíritu y sobre este papel algunas huellas, manchas informes"
miércoles, 14 de noviembre de 2007
LINEAS VAN
Noviembre de 2007.
Frío inesperado que desorienta el cronograma primaveral. Aquí se inauguran las anotaciones de este proceso de trabajo que comenzó a principios de este año en el estudio de El Muererío Teatro. Pasaron los meses, los ensayos. Decanta el trabajo y las reflexiones, con cierto delay. Pero llegan. Nos convoca la tragedia; esta vez, Prometeo Encadenado de Esquilo. Nos sale al cruce el mito prometeico en la Ciudad de Buenos Aires. ¿Cómo encararlo? ¿Cómo sostener la tensión de la reescritura en una época que pulveriza el sentido del mito?
Dramaturgia y asistencia artística: Juan José Santillán
Dirección y puesta en escena: Diego Starosta.
Salud !