jueves, 21 de febrero de 2008

Tobar: la desterrada


La casa tiene tres habitaciones. En una de ellas duermo hasta media mañana. Está cerca el limonero. Y respiro. Este recuerdo es lo más valioso que tengo. Un lugar. Una casa. Pero la imagen es recurrente y no real. Eso nunca existió.

- Una madre respira lo que su hijo calla y en la primera leche derrama su defensa. En la segunda, la costumbre.

-Nunca estuvo eso en mi paladar. Traigo herencia de sangre en vértigo. Condenada a errar. ¿Dónde estoy? Aquí no alcanzo el agua helada que bautice mi demora.

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